Por Santiago Kovadloff
Cuando se transita del módico y cordial "Que tengas un buen día" a la entusiasta amplitud del "Que tengas un buen año" lo que tiene lugar, en verdad, es un salto en la expresión de la cortesía y los buenos deseos. Y ese salto bien merece alguna reflexión
Por Santiago Kovadloff
Mientras subo en ascensor cierro los ojos. ¿Yo soy este hombre? ¿Esto hice de mí? Encerrado en esta caja de
Por Santiago Kovadloff
Ha crecido pero no ha dejado de creer. En sus ojos puede verse que en todo lo que mira -esa
Por Santiago Kovadloff
El agua llega y bebe ávida del cuenco verdoso que desborda. Saciada, alza la cabeza y se echa luego
Por Santiago Kovadloff
Él acaricia la mano que ella tiende sobre la mesa. Ella oye sin fe. Sus ojos lo miran con dulce
Por Santiago Kovadloff
¿Qué mal afecta a las hormigas en verano? ¿Y cuál predomina, hacia el otoño, entre los peces de laguna? ¿Se
Por Santiago Kovadloff
Mirándolos se diría que todos se han resignado a un invierno sin fin. Replegados en el “Café de las dos
Por Santiago Kovadloff
Levanta el tubo, dice sí, un sí agotado. Un sí que advierte a quien lo llama que de él nada
Por Santiago Kovadloff
Hablo de últimos gestos. De palabras que fueron, sin saberlo, terminales. Lo que precede, por ejemplo, al segundo en que
Por Santiago Kovadloff
Llevo meses así. No quiero música. La música es un mal, al muerto le da vida, reabre lo cerrado. Expone