Llevo meses así. No quiero música.
La música es un mal,
al muerto le da vida, reabre lo cerrado.
Expone el corazón a sueños rotos,
destapa lo acallado, catástrofes y tedios
y pasos hacia nada.
Es estofa que sobró, son restos tibios,
ceniza de emoción que eterna parecía
y ahora, en su miseria,
opera como espejo,
se ríe de nosotros,
retrata calaveras
donde antes hubo rostros y tan bellos,
resplandores, labios vivos,
piel tan plena.