Pensar o expresar «como siempre» no es lo mismo que pensar o decir “igual que siempre”. Como siempre estaban ahí en el Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras -ese albergue cotidiano de voces hondas sobre pelotazos, jugadores, códigos de comportamiento, historias increíbles, anécdotas fantásticas y cosas de la vida y del corazón- , la María Marta Aznares con sus fibras de piba buena y sonrisa infaltable, la Melisa Del Río dibujando una juguetería con el rostro y su curiosidad invencible, la Mayra Correa seductora en su seriedad y con un par de duendes por ojos, la Valérie Lagrange con su sapiencia y fe de gente fresca, también, todos de pie rodeando esa mesa singular y exclusiva de chicas muy jóvenes, la nutrida barra de los otros nobles parroquianos del lugar, los muchachos de todas las edades. Como siempre pero no igual que siempre porque esa vez, a diferencia de cualquier vez, la Valérie no las había citado a ellas y a los habitués del bar para enriquecerse las orejas con las charlas de cada oportunidad, escuchando a los muchachos de pocos o muchos almanaques y participando activamente con sus propias vivencias futboleras. Piba indispensable, la Valérie portaba un cuerpo hecho mitad de huesos y mitad de sueños y esperanzas, y era por eso que su convocatoria traía un tema trascendental además de muy urgente tratamiento: había que hacer un cambio sustancial en el reglamento del fútbol.
“Cambiarlo, sí, cambiarlo ya”, proclamó, mostrando sus dientes perfectos en su boca perfecta, enfocando su expresiva mirada y rotando su bello rostro desde el frente a los costados y hacia quienes la rodeaban por detrás con un vaso de vidrio de los altos, gigante, completo de leche entre tibia y caliente coronado por un borde de consistente espuma a la vera de su zurda. A la Valérie le sobraban certezas. “Cambiarlo -repitió- porque hay mucha confusión”. La Melisa acariciando muy delicada y parsimoniosamente con el dedo anular de la mano derecha el asa de un pocillo de porcelana blanca -de los viejos- completo de café recién tirado, potente y humeante, la interrumpió extrañada. “¿Qué confusión, che?. Es un juego extraordinario que en algunas tardes y algunas noches parece perfecto, es el juego más bello del mundo”, opinó. La Valérie no la dejó continuar. Otra vez puso al aire entero a disposición de su garganta y sentenció lapidaria: “¡Cambiarlo, carajo! Así no va más.”
Entre el interés y el desconcierto de toda la concurrencia que atiborraba el recinto, fue la María Marta quien le pidió que se explicara. La Valérie aceptó: “¿Qué es el fútbol? Ustedes saben: una oportunidad de aprender que para hacer algo en la vida se necesita a los otros, una invitación para viajar hacia la libertad arriba de una pelota, una camiseta a la que se le dice de una `te amo, sos mi pasión indescriptible´ sin tácticas de seducción y sin rodeos, una ilusión que se acaba y pronto vuelve a ser ilusión, un camino hasta la cancha al costado de un padre o de un padrino o de un abuelo del corazón, de una amiga, de un hijo y de una hija. Un juego perfecto, sí, al que lo único que le falta, sobre todo en esta época en que las boludeces y estupideces, los boludos y los estúpidos, se adueñan de las palabras, de las acciones y de las canchas, es una regla que obligue a recordar esto mismo: qué cosa es el fútbol”.
Las paredes completas de cuadros con fotos de jugadores y equipos famosos, de cantantes y artistas de culto mundial, de trofeos, placas y escritos recordatorios de sucesos magníficos, hasta las pantallas de plasma, incluidas las imágenes de alta resolución que se sucedían ininterrumpidamente en sus recuadros y a las que nadie prestaba atención, del Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras todavía temblaban por la exposición de la Valérie cuando la Melisa, apoyando su diestra sobre el antebrazo de la Mayra como pidiéndole permiso para hablar en primer término, largó el interrogante de rigor y que se imponía sin más ni más: “¿Cuál es esa regla?” La Valérie tragó un pequeño sorbo de espuma de leche y saliva, se permitió percibir las velocidades de los latidos de su corazón incandescente y, al final, dejó que una respuesta que le viajaba con toda la fuerza desde las tripas hasta el paladar saliera al mundo: “El objetivo del juego es ser feliz”.
La Melisa vibraba, la Mayra casi aplaudía, la María Marta imaginaba un futuro mejor. Pragmático, el Roberto Felice, el Gallego Felice, el más veterano de los mozos del Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras, apoyó su bandeja plateada y reluciente sobre una mesa distante y se permitió una pregunta.
“Oiga, che piba. Disculpe, pero ¿El objetivo del juego no es ganar?
La Valérie le contestó desde la convicción de los que saben, entienden y comprenden: “Ganar es una búsqueda maravillosa y perder es una posibilidad frecuente, diaria. Son dos circunstancias humanas, como la alegría y la tristeza. Pero, también, son dos circunstancias exageradas y fugaces. Aunque a veces nos olvidemos, la felicidad del fútbol es otra. Es tenerlo ahí: en los empeines, ante nuestros ojos, en la cabeza, en el corazón”.
El más veterano de los mozos del Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras, el Gallego Felice, la enfocó anonadado, con la boca abierta y en silencio. Enseguida, trajo cafés dobles para todos. La Valérie amagó con sacar un par de billetes de los grandes, pero el mozo le frenó el movimiento. “Esta vuelta la pago yo, che piba. Tómelo como un modo de decirle que si se trata de ser feliz estoy de acuerdo con cambiar algunas reglas”, dijo. Tenía la bandeja plateada y reluciente en el borde de los dedos y se lo veía contento, como nunca.
Chalo Lagrange
Primavera, noviembre de 2008.-
Para M. L. P.: Usted que todo lo entiende y comprende sabe que lo importante es en el nombre o por qué lo hacemos. Lo mío es modesto, silencioso y lo hago en el nombre de la Rosa.-
8 comentarios
gladys alicia casá
SR. LAGRANGE .Muchos microrrelatos están potenciados por su carga poética y, en muchos casos, la frontera con la poesía en prosa es difícil de determinar. Es el caso de muchos de sus textos y relatos SR JUAN CARLOS LAGRANGE , pero se evidencia su sutil lenguaje , Gracias por esta página tan maravillosa para nosotros los lectores que realmente necesitamos a diario este tipo de relatos , para una creatividad,aprendizaje, y un mayor conocimiento para abordarr diferentes temas a la hora de escribir y discernir distintos contenidos… y situaciones en la vida que dejan huellas imborrables en su narrativa. FELICITACIONES , no deje nunca de escribir ………muy bueno lo suyo.-. SALUDOS CORDIALES .-
gladys alicia casa
Muchos microrrelatos están potenciados por su carga poética y, en muchos casos, la frontera con la poesía en prosa es difícil de determinar. Es el caso de muchos de sus textos y relatos SR JUAN CARLOS LAGRANGE , pero se evidencia su sutil lenguaje , Gracias por esta página tan maravillosa para nosotros los lectores que realmente necesitamos a diario este tipo de relatos , para una creatividad,aprendizaje, y un mayor conocimiento para abordarr diferentes temas a la hora de escribir y discernir distintos contenidos… y situaciones en la vida que dejan huellas imborrables en su narrativa. FELICITACIONES , no deje nunca de escribir ………muy bueno lo suyo.-
gladys alicia casa
Muchos microrrelatos están potenciados por su carga poética y, en muchos casos, la frontera con la poesía en prosa es difícil de determinar. Es el caso de muchos de sus textos y relatos SR JUAN CARLOS LAGRANGE , pero se evidencia su sutil lenguaje , Gracias por esta página tan maravillosa para nosotroslos lectores que realmente necesitamos adiario este tipo de realtos , para una creatividad,aprendizaje, y un mayor conocimiento para abordarr diferentes temas a la hora de escribir y disernir distintos contenidos… y situaciones en la vida que dejan huellas inborrables en su narrativa. FELICITACIONES , no deje nunca de escribir ………muy bueno lo suyo.-
Chalo Lagrange
Muchas, muchísimas gracias por los comentarios. Son Uds. muy atentos e indulgentes… seguramente aprecian mucho al editor…ya que lo mío es mínimo… muy humilde y trata de reflejar el escenario real de esta ciudad fantástica… la Ciudad Más Futbolera del Mundo… donde aprendimos a jugar y observar el fútbol y a vivir como se juega y se observa el fútbol… Es un perfil cultural que nos identifica desde 1867, a poco de nacer el fútbol. Cuando escoceses, ingleses y muchos criollos jugaban en los campos de Refinería entre ellos o enfrentando a los marineros que bajaban de los barcos (no existía el puerto) y los buques fondeaban trayendo hasta los ladrillos para desarrollar la extensión del Central Argentine Railway… Esos mismos muchachos y sus sucesores que, más tarde, en una calurosa tarde de del 24 de diciembre de 1889 oficializaran al que hoy es el orgullo de la Ciudad Más Futbolera del Mundo… Rosario Central. Muchísimas gracias. Chalo Lagrange.-
martha irma carrafiello lopez
¡¡¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS CHALO LAGRANGE,,TODAS LAS NARRACIONES LEIDAS,SON FANTASTICAS,TIENEN DOBLE MENSAJE, CON REFLEXCIONES MARAVILLOSAS,EN DONDE LA REALIDAD SUPERA LA FICCION.ME ENCANTO.MUCHA SENSIBILIDAD DE PARTE DEL ESCRITOR…..GRACIAS POR COMPARTIR.HISTORIAS TAN BELLAS !!!
Chalo Lagrange
Muchas gracias, Carolina Inés. Tus expresiones exceden la humildad de la historia. Pero, son aceptadas con emoción por este muchacho, que trata de reflejar que no todo está perdido. Muy por el contrario, tenemos valores imperecederos a poco que recuperemos la memoria para ser protagonistas de nuestra propia historia… que se narra día a día. Nuevamente. muchísimas gracias. Con todo afecto, siempre. Chalo Lagrange.-
CAROLINA INES GONZALEZ
PROFESORES USTEDES TIENEN LA OPCION DE LEGARNOS NIÑAS Y NIÑOS CON CAPACIDAD DE JUGAR POR AMOR AL JUEGO.
CAROLINA INES GONZALEZ
ME GUSTO MUCHO EL RELATO, , DONDE JOBENES DE AMBOS SEXOS PUEDEN EXPONER SUS OPINIONES, EL DE PENSAR QUE EL FUTBOL ES UN JUEGO, ME ENORGULLECE, MAS VINIENDO DE UNA NIÑA. ASI CONSTRUIREMOS UN PAIS MAS BELLO, CON JOBENES DEPORTISTAS, QUE NO SE DEDICAN A LA DROOGA U OTRAS COSA Y JUEGAN POR AMOR AL FUTBOL, NO AL DINERO
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