El dado
que va
de costado
y vuelve
se acuesta
sobre cinco
sobre tres.
se hace uno,
hasta que
se detiene
en seis,
cifras
en una mátematica
de absurdos.
Fetiche
de manos
que se ahuecan
que suspiran
que meten despacio,
que arrojan de golpe,
que suena
el cubilete
a maraca
de ritmos
que no sostienen
más que golpeteo
que no se demora
y allí en vuelo
hacia la mesa
se agolpan
se golpean
y aglutinan,
números
que se repiten
que varian
juego de huesos
que se hacen suerte
o revés
que tienen
el enigma indescifrable
de lo efímero
y en lo efímero
lo numeroso
y lo esquivo.