Retrato de una hija

Ha crecido pero
no ha dejado de creer.
En sus ojos puede verse
que en todo lo que mira
-esa botella oscura, el pan,
la luz del alba en su mano-,
reconoce un resplandor
que no proviene
de las cosas consumadas,
dichas, hechas,
sino de lo que ellas
quieren ser,
suplican, piden ser,
al ojo que las mira.

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