Levanta el tubo, dice sí, un sí agotado.
Un sí que advierte a quien lo llama
que de él nada se espera ni de nadie.
Sí residual, pantano y ruina,
un sí que viene
del silencio consumado,
de allí donde ya nada
esconde su derrumbe.
Un sí que es no, puente partido
entre nadie y el que llama;
hilo de voz, deriva,
un aquí hubo y ya no,
tubo en la mano
de uno que se apagó,
vapor,
ausencia oscura.