Gran muestra del genio barroco en el Museo Nacional de Bellas Artes
Cuenta la leyenda que fue asesino. Que estuvo en la cárcel siendo un Caballero. Que luego se escapó rumbo a Roma. Que tenía un carácter irascible. Pero fue uno de los pintores más geniales que existieron. Y ahora llega una gran exposición suya a la Argentina. Bienvenidas, entonces, a partir de esta semana, al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), las obras del gran, gran pintor del barroco Michelangelo Merisi da Caravaggio, más conocido como Caravaggio.
Siete importantes obras maestras del artista, más quince grandes óleos de pintores seguidores –los “caravaggistas”, les dicen– podrán verse en el museo. Y hay que pensar que estas pinturas, en su momento, allá por los siglos XVI y XVII, fueron de lo más innovadoras. Intentemos ponernos un poco en la cabeza del público de la época con una cuestión bien simple, para poder comprender las obras: en primer lugar, la mayor parte de las personas en esa época eran analfabetas. Por lo que las obras de arte funcionaban como una de las principales herramientas de comunicación: tanto las pinturas como los pintores, tenían una importancia enorme. Pero, ¿entre quiénes comunicaban…? Bueno, entre el pueblo y la Iglesia. Por eso había tantas pinturas religiosas durante esos siglos.
Pero cuando llegó Caravaggio, todo cambió. ¿Cómo, por qué? Lo cuenta Angel Navarro, profesor de historia del arte en la UBA y asesor de pintura antigua del MNBA: “Caravaggio fue fundamental porque inventó una forma expresiva completamente nueva, en la que los personajes, aunque eran figuras religiosas, tenían un gran realismo y naturalismo (cosa inédita hasta entonces). Y para pintarlos, retrataba personajes comunes de la calle, vestidos –no de manera idealizada–, sino como en su propia época”.
–¿Cómo había sido la pintura hasta esa época?
–Hasta esa época la pintura había sido la de la escuela Manierista, con formas alejadas del mundo natural y figuras muy idealizadas. Con Caravaggio, se empieza a ver alrededor. El comenzó a utilizar personajes populares para la ilustración de escenas bíblicas. Eso generó una enorme empatía entre el público y la obra.
“Ese tomar modelos del natural, de la gente de la calle, iba contra la pauta establecida hasta ese momento”, explica Florencia Galessio, del Departamento de Investigación del MNBA. “Caravaggio rompió con las reglas del decoro. Esto pasó en su pintura y en su vida”.
¿Puede separarse su vida de su obra? “No”, responde Navarro, “sobre todo durante su última etapa, como cuando está huyendo de Roma porque es asesino y lo reciben los Caballeros de la Orden de Malta. Pero igualmente Caravaggio fue a la cárcel, siendo Caballero. Y esta fue una circunstancia muy particular. Luego escapó e intentó volver a Roma para conseguir el indulto. En el camino hizo una escala en Sicilia y allí pintó unas obras que tienen un carácter completamente diferente al resto.
–¿Por qué Caravaggio quizás no sea tan reconocido como Leonardo o Miguel Angel?
–Muchos historiadores contribuyeron al olvido de Caravaggio. Lo calificaban como de “mal carácter” y “desagradable”, ya desde el XVII –llamado “el siglo del protocolo”– y en los siglos siguientes. Esto lo convertiría en un “artista maldito”. Fue reivindicado recién en 1951, con una gran exposición suya en Italia y las investigaciones de Roberto Longhi. Hoy hay que decirlo con todas las letras: Caravaggio es un artista crucial para la historia.
Fuente: POR MERCEDES PÉREZ BERGLIAFFA – Especial para Clarín
http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Caravaggio-crucial-historia-Buenos-Aires_0_796120624.html