El Bar
Por Miguel Amado Tomé
El bar cerró. Persianas bajas, escritas en aerosol, siglas, solo dice que la esquina está abandonada
Por Miguel Amado Tomé
El bar cerró. Persianas bajas, escritas en aerosol, siglas, solo dice que la esquina está abandonada
Por Miguel Amado Tomé
En la mañana temprano, las actividades suelen ser vertiginosas. Suelen participar pocos, pero deben proveer, entregar su mercancía. Pronto y rápido.
Por Miguel Amado Tomé
Miguel Amado Tomé Cuento ganador Premio publicación /Cuadernos Nro 12/ Secretaria de Cultura Municipalidad de Rosario 1982 Alguien deslizó su
Por Miguel Amado Tomé
El silencio y el ruido, pueden hermanarse, ser y no ser, perder la esencia, o ser lo contrario. Allí en
Por Miguel Amado Tomé
Caminar una manera de mantenerse en actividad y combatir el sedentarismo. Eso dicen todos los que saben, y por supuesto
Por Miguel Amado Tomé
Miércoles intenso en Avenida Libertador. Tranquilo en plaza Mitre. Un mediodía cambiante, nubes, brisas, humedad. El sol estaba ganando su
Por Miguel Amado Tomé
Había una vez, un señor que pescaba estrellas. Su objetivo era impreciso, ya que él tenía un viejo colador, que
Por Miguel Amado Tomé
Allí, con su mirada clavada en el horizonte, iba el hombre que sembraba en el pavimento. Su bolso colgaba de
Por Miguel Amado Tomé
Cuanto cuidado me prodigaban mis amos. Me llevaban al veterinario, un señor amable, que a veces me produce algunos dolores
Por Miguel Amado Tomé
Los bolsillos vacíos heredan manos vacías. Allí están las manos sin nada. Manos carenciadas que van y vienen, que se