VIVIR Y MORIR

Yo sé

que morir

y no morir

es en vano.

 

Sucede la vida,

ocurre la muerte.

 

Teatro de

tiempos inmemoriales.

 

Danzas,

hogueras,

silencios,

coros

como resos

máscaras.

 

El amor

y el olvido

son extremos

de un mismo camino.

La caricia

se cierra

y en segundos

golpea

en puño

sobre la cara.

 

La diversidad

y el cambio.

Lo inesperado.

 

Solemnidades

y frivolidades

construyen

la misma catedral.

 

Los contenidos

no sostienen

lo que dicen

las etiquetas.

 

El hambriento

come su necesidad,

Todas las fronteras

pueden transgredirse;

de allí las fronteras.

 

A veces se muere

de a poco.

 

Se mueren

los ojos del ciego.

Se mueren las piernas

del cojo.

Se mueren

los brazos.

Se muere la alegría.

 

Vive

el que muere

de muerte cerebral

mientras

su alma agoniza

en dos eternidades

 

Hay finales previstos

otros imprecisos;

como el sol

y la lluvia.

 

Otros

celosamente

programados

donde el minuto

y la hora

fueron acordados.

 

A veces

es insoportable

estar muerto

y allí

acontece el suicidio.

 

La vida

y la muerte

se pasean

por las avenidas

por los parques,

en los andamios,

en los bares

en las madrugadas.

Y juegan al pocker

en disputas ardorososas

en los hospitales.

 

Yo sé

que morir

y no morir

es en vano.

 

Sucede la vida,

ocurre la muerte.

 

El personaje

es el mismo,

un impostor

que juega

a héroe

o villano.

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