Como ojos que miran las basuras
Incrédulos de todo
Salvo del vacío y quieta soledad
Diversificada por la noche.
Sólo infinitos de la nada
Tan lejos como podía ver
Así era la cara que yo miré
Así miró ella misma a la mía.
No le ofrecí ninguna ayuda
Porque la pena era mía
La miseria densa y tan compacta
Tan desesperanzada como divina.
Ninguna se absolvería
Ninguna sería una reina
Sin la otra, de modo que
Aunque reinemos, pereceremos.