Son dos segundos.
Dos eternos segundos.
Me separan del fracaso
o del triunfo.
Dos segundos que me invitan
a soñar.
Dos segundos que pueden dejarme
a la deriva
como un barco sin timón.
Dos segundos
que pueden condenarme
a una ilusión.
Son dos eternos segundos.
Dos malditos segundos.
Limitan el pasado
y el futuro,
ya ahora presente,
en el que mis labios
se ven teñidos de tu rouge carmín,
y en el que mi rostro
recobra el aliento
al darse cuenta que tu sonrisa
no quiere partir.
1 comentario
Carolina Ines Gonzalez
en dos egundos me salbaron la vida , en dos segundos me quede sin amor en dos segundos recontruye mis dias y en dos segundos digo,, gracias DIOS
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