De una mujer traumada y un hombre traumado
no pueden nacer hijos.
De un hombre traumado y una mujer indecisa
sólo nacen hijos del pensamiento desequilibrado,
hijos ilusorios, hijos de dudas.
De una mujer traumada y un hombre impreciso
nacen hijos desconformes de su conformismo.
De un hombre transparente y una mujer opaca
nacen hijos que un día comprenderán la luz
y al otro día no intentarán descubrirla.
Entre un hombre encontrado a sí mismo
y una mujer en las mismas condiciones
nacen hijos que llegarán sin dolor a la perfección.
Guillermo Ibáñez