Cuando me acuerdo
y siempre te recuerdo,
me acuerdo de Picasso
cuando dijo
-Me llevó toda una vida
pintar como un niñoy
creo y recreo
al verte escalar la montaña
de tiempos en que la pureza
se instaló en tus sueños.
Se partió tu pecho,
en un silencio largo
cuando un día
a quién tanto querías
se fue abriendo
una puerta para quedarse
adentro.
Los hijos llenaron
todas las horas
se gestaron
hombres en el proyecto
de habitar el futuro
sin dejar de cercar
tus inmediaciones.
Te llevó una vida
definir esa niña
de sentimiento puro
de ojo certero.
De risas, de lágrimas
escondidas de rezo,
que reza en silencio.
Júbilo indescriptible
de ser tan madre,
de ser tan hija,
de ser tan amiga.
Sentimientos
que nunca cedieron
a la adulación o la mentira.
Qué seria
es esta niña que juega
en el patio de su alma,
con pisos de ladrillos
de corazón entero.
De pronto en un instante,
se agitó la memoria
tembló el piso,
caían copas en el mar
de angustias
-Se perdió el aliento-
Pero no cedieron tus cimientos
y volvió la niña con tiernas
canciones a su lado
a mostrar su sonrisa
mientras el día se había nublado.
De pronto Dios envió presuroso
a corregir ese error a un ángel,
rescatando a esa niña
devolviendole la alegría
entre sonrisas y juegos
en el milagro de ser
y renacer para jugar
de nuevo.