Estábamos cenando.
El patio era un oasis. Pequeño con un toldo de media sombra, una pantalla con una bombita amarilla para ahuyentar a los bichos.
Marcos comió apresurado, para irse a dormir.Celeste y Manuel con arrumacos terminaban de cenar y los mimos eran el postre.
Romina y yo nos acompañabamos con un vino en la sobremesa. De pronto y en medio de la quietud de las diez de la noche se oyó a lo lejos pero con nitidez el grito de una mujer que decía- Lo mataron…lo mataron….
De allí en más, levantarnos y salir fue casi una misma cosa. Llegamos a la calle, en la que ya había bastante gente. Qué pasó preguntamos..? Que pasó…?
Y las respuesta de una mujer desconsolada, con voz empequeñecida y dolorida nos respondió: Lo mataron a Don Luis…Lo mataron a Don Luis…!!!!!!
Atrás quedó el pasillo, y en la esquina el tránsito se dificultaba, patrulleros, curiosos, vecinos formaban grupos . Un hombre joven decía a viva voz- Mi mujer y mis hijos recién volvían de comprar una pre pizza y escuchamos un estampido y el griterío. Salimos y habían asaltado a Don Luis.
Don Luis-el almacenero- estaba tirado en el suelo entre el umbral y la vereda, lo habían baleado. La ambulancia demoró horrores, había mucha sangre en el piso. Nadie sabrá explicar la demora, quizás la demora hizo que se desangrara, pero por supuesto el parte policial quizás diga otra cosa. Los patrulleros comenzaron a llegar, uno, dos, tres, cinco, siete. La comisaría está a tres cuadras, pero nadie supo prevenir, patrullar. Lo más importante ahora era estar allí, a la hora de las fotos para cuando llegarán los medios de prensa.
Un vecino en short y sin camisa increpaba a los uniformados- Ustedes saben donde están los delincuentes y los drogadictos por qué no salen a buscarlos…Lo gritó y lo repitió varias veces.
Los uniformados estaban en silencio, como si la consigna fuese aguantar para la foto, aguantar hasta que llegaran los medios…
Un señor santulón dijo- Yo sé que los milicos hicieron cosas que no debían, pero nunca golpearon en mi casa. A la casa de los que fueron, fueron porque sabían en que andaban. Es hora de terminarlos a todos.Los milicos debieran hacer una limpieza eso es lo que necesitamos.
No- Le respondió don Agustín. Los milicos nos robaron a todos e hicieron un desastre, en ésto los que tienen que ver son los políticos…la Iglesia. Los políticos porque la pobreza crece y sigue creciendo, tenemos la tercera parte del país debajo de la línea de pobreza y no quiero culpar a los pobres porque los hay con mucha dignidad viviendo de lo poco.
Doña Consuelo, una vieja dura- dijo-Los político y los curas, como puede alentar a madres niñas que tengan tres, cuatro y hasta diez hijos en medio de la indigencia y la ignorancia, no dejan que haya control de natalidad, ni preservativos, ni pastillas, como es posible aceptar eso…
Don Lorenzo asintió – Les hacen tener mil hijos y después no se hacen cargo…!
Doña Consuelo- siguió – Como la gente no ve que esos chicos de doce trece, catorce años que apenas si saben leer y apenas escribir viven el la calle en algún momento van a delinquir, por favor…!!!!! Los políticos y los curas los quieren como clientes…!
Finalmente con don Luis en el piso, el almacén iluminado y el ventilador de techo encendido, la hija de doña Carmela, sacudió a su madre que estaba muy dolorida y llorando en silencio – le dijo- Vamos Mamá…vamos a casa…si esto pasa todos los días. Cuantas veces lo vemos en los noticieros por televisión…
Vamos mamá…
Miguel Amado Tomé/2008