Un profesor descubre que una novela sobre la esclavitud que arrasó en EE UU fue escrita por una sirvienta.
Alrededor de 1850, una esclava prófuga escribió a mano una novela autobiográfica. Casi un siglo más tarde, un bibliotecario la adquirió en una pequeña tienda de Nueva York por 85 dólares. En 2001, Henry Louis Gates Junior, profesor de literatura afroamericana del siglo XIX en la Universidad de Harvard y crítico escritor, la recompró por 8.500 dólares (unos 6.200 euros) en una subasta organizada por las Swann Galleries. Al año siguiente, la novela The Bondwoman’s Narrative (La narrativa de una sirvienta, en español), que se cree que es la primera escrita por una esclava afroamericana, fue publicada y se convirtió en un éxito arrasador de ventas. Muchos de los críticos definieron el libro como «un documento histórico muy valioso que revelaba las vidas tristes, humillantes, temerosas y dolorosas a las que estaban sometidos los esclavos».
El libro fue firmado por Hannah Crafts, un nombre que muchos creyeron que era seudónimo y que convirtió la identidad real del autor en un misterio por resolver. Ahora, un profesor de Inglés de la Universidad de Winthrop en Carolina del Sur, Gregg Hecimovich, asegura que lo ha hecho. «La escritora se llama Hannah Bond», defiende en un comunicado. «Bond era una esclava en una plantación de Carolina del Norte que pertenecía a John Hill Wheeler -político e historiador que ejerció de Tesorero del Estado de Carolina del Norte entre 1855-56-«, explicó Hecimovich al diario The New York Times.
El profesor, de 44 años, ha tardado 10 en descubrir la identidad de la escritora; una década en la que ha entrevistado a familiares de Wheeler y leído diarios, registros y testamentos, según explica el mismo periódico. Los datos hallados por Hecimovich indican que Bond, de tez clara, pudo huir de la esclavitud con la ayuda de uno de los parientes de Wheeler y disfrazada de hombre.
Además, el descubrimiento resuelve una de las incógnitas centrales del libro, convirtiéndolo en semi autobiográfico: cómo una esclava con limitada educación estaba tan influenciada por novelas como Bleak House (Casa desolada) de Charles Dickens. Una de las explicaciones, que cita Hecimovich, es que los niños y niñas que habitaban la casa estaban obligados a leer el famoso libro del escritor inglés. Y el profesor añade que la mujer habría aprendido a leer y escribir de forma autodidacta, a escondidas. En el primer capítulo de la novela Bond reconoce sus limitaciones: «Puede ser que esté asumiendo una gran responsabilidad intentando escribir estas páginas. El mundo probablemente lo diga y soy consciente de mis carencias (…)». El profesor de la Universidad de Carolina del Sur espera aglomerar todos sus hallazgos en un libro al que podría titular: La existencia y experiencias de Hannah Crafts.
Henry Gates, que compró el libro en 2001, ha ratificado la veracidad de los datos y ha asegurado al mismo diario que el descubrimiento va a «revolucionar la comprensión de los estadounidenses, y de los habitantes del mundo, sobre el canon de la literatura elaborada por mujeres negras. No podemos llegar a saber, todavía, lo importante que va a ser esto para la literatura afroamericana».
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/20/actualidad/1379659884_022451.html