El maíz que no sembramos
fermenta dentro nuestro
y su aborrecido alcohol
insiste
deplorado de cielos.
El maíz que no sembramos
germina sin verdecer
en su hojita leve y solitaria
aduce otra indolencia
olvida otros perdones
y nos aquieta
pudriéndonos de a poco.
1988
Un verso recordado