CASAS VACIAS

El barrio
cambia
se hace
otra geografía.

La casa
se rompe,
pedazos
de la niñez
se cuelgan
del aire
del patio
de pájaros
donde
los trinos
y los abuelos
se vuelan
y quedan solo
los caminos
que se
transitaron.

Las grietas
se tapan
adentro
quedan
las voces
que ya
no se harán eco.

Las puertas
son un vacio;
habrá otras.

Toda la niñez
es una sínfonía
de grises
aunque
los soles
aún salen
en la memoria.

Mi padre
lleno
de trabajo
y de sueños
apagados
por la lluvia
que mojó
tantas alpargatas
y la leche
que hirvió
derramando
paciencia
en la corrida
de mi madre
que iba
presurosa
de la pieza
a la cocina.

Ahora
esa casa familiar
empieza a ser otra
Todo se mudó.

Se mudó
hace tiempo.

 

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