Hay gente que juega al fútbol durante las madrugadas porque es insomne. Y hay gente que juega al fútbol durante las madrugadas porque la desespera ser original. Y hay gente que juega al fútbol durante las madrugadas porque los rigores de la economía o las obligaciones laborales le impiden hacerlo en las horas previas al mediodía o por las tardes. Los viejos compañeros y amigos de siempre del Eduardo Cabral, del Comendatore Cabral, también juegan al fútbol durante las madrugadas, pero su razón es otra: juegan al fútbol durante las madrugadas para demostrar que lo imposible es posible.
En el Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras, un lugar donde el fútbol provoca entusiasmo y los imposibles no dan sustos, las leyendas de los compañeros y amigos de siempre del Comendatore Cabral son muy valoradas. El Comendatore Cabral, emblema si los hay del bar, narró el pasado sábado por la mañana las hazañas de esos tipos dignos que disfrutan del fútbol por el fútbol, pero, también, porque lo saben un instrumento para la ilusión.
“Juegan al fútbol durante las madrugadas, patean penales que llevan mensajes de paz, instan a los arqueros a que atajen los insultos y los lancen a la estratósfera para que no hieran a nadie, proponen y hacen que los jueces de línea corran a cada tanto en diagonal para palpitar una experiencia nueva”, repasó el Comendatore Cabral, orgulloso por las iniciativas de sus compañeros y amigos de siempre.
Un soplo de nobleza viajó desde el sótano hasta el cielo del Bar de La Esquina de las Cuatro Fronteras ante la verificación irrefutable que reivindica, justamente, ser gente. Y el Comendatore ensanchó los motivos para deslumbrarse: “Cuando éramos pibes, pendejitos de la escuela primaria, mis compañeros y amigos de siempre armaban partidos de quince contra quince, de cincuenta contra cincuenta y de sesenta y tres contra sesenta y tres… y los equipos eran mixtos, tenían entre sus integrantes pibas, una cantidad similar por cada equipo de pendejitas de las mismas edades de los pibes. Vivíamos convencidos de que el fútbol era para todos o no valía la pena. Mis compañeros y amigos de siempre fueron así, siempre”.
A esa altura de su relato, el Comendatore decidió explicar que no se trataba ni se trata de una suma de sueños locos. “Para mis compañeros y amigos de siempre, transformar lo imposible en posible es una manera de transformar al mundo en un mejor mundo”, dijo. Luego recordó más historias de ayer y de ahora que ocuparon el tiempo de recorrer la tarde, el anochecer y la misma noche. En el Bar de la Esquina de Las Cuatro Fronteras lo escuchamos sin rupturas para almorzar, merendar o cenar y a las tres de la madrugada, pura ilusión y pura humanidad, todos nos fuimos a jugar al fútbol, desafiando a lo imposible, con los compañeros y amigos de siempre del Comendatore Cabral.
Chalo Lagrange
Invierno, agosto de 2012.-
Para M. L. P.: Dicen que los ángeles son las criaturas más bellas, dulces, inteligentes y bondadosas del universo. Entonces, a mis cuatro años, el Señor Dios hizo que encontrara uno: Usted, mi Amor.-