El museo del artista en Ámsterdam y Fujifilm presentan las primeras copias tridimensionales de obras del holandés.
La textura de los cuadros de Van Gogh, plenos de rugosidades y capas de pintura, son una de las señas de identidad del pintor holandés. La otra es la fascinación creada por su atormentada vida y trágica muerte en 1890, a los 37 años, en la localidad francesa de Auvers-sur Oise. Trasladados al mercado del arte, ambos rasgos le han convertido en uno de los artistas más conocidos y cotizados del mundo. Para los que quieran, pero sobre todo puedan, acercarse aún más a su obra, el museo de su nombre en Ámsterdam ofrece ahora réplicas de sus cuadros en 3D. Denominadas Relievo, sus precios oscilan entre los 15.000 y los 25.000 euros, y para obtenerlas, el centro ha firmado un contrato exclusivo con la firma Fujifilm. Juntos han desarrollado la Reliefografía, una técnica de reproducción que combina el escáner tridimensional con una impresión de alta resolución. Lanzada en Hong Kong en julio, y a la venta ya en Holanda, esta nueva colección de van goghs incluye cinco cuadros: Los girasoles (1889), Almendro en flor (1890), La cosecha (1888), Bulevar de Clichy (1887) y Trigal bajo la tormenta(1890). Con el tiempo, el catálogo se ampliará.
“No vendemos las copias en la tienda del museo porque no podemos manejar sumas tan abultadas aquí. Las copias en 3D sí pueden obtenerse en las oficinas, situadas a un paso de la sala. Y ya ha habido llamadas interesándose por ellas”, aseguran en el centro de la capital holandesa, que acaba de renovar sus instalaciones. Para evitar fraudes, las réplicas vienen avaladas por un conservador y cuentan con un sello irrompible que certifica su procedencia. Pero tal vez la mayor sorpresa sea su aspecto final. Un Relievo es un cuadro completo, por delante y por detrás, con las marcas dejadas por el tiempo en la madera y la tela. La pintura reproduce el color y brillo del óleo original. Pero hasta el marco, en el caso de Los girasoles, parece auténtico, con su decoración dorada ya oscurecida. De momento, la edición de cada cuadro se limitará a 260 copias.
“Esperamos que el mercado acoja con entusiasmo este producto único”, ha señalado Richard Tackx, director de ventas de Fujifilm Belgium, propietaria de la técnica y fabricante de las reproducciones. “El museo es una empresa cultural en busca de nuevos mercados y quiere estar a la cabeza de los últimos avances tecnológicos”, añade la propia sala. Adelantándose a los posibles críticos de un recuerdo pensado para ricos, su director, Axel Rüger, aborda las reproducciones como un paso lógico. “Vistas las posibilidades de la impresión en 3D, aplicarla al arte supone el siguiente paso obvio. Con los Relievo, las piezas artísticas son más accesibles. Y la misión de un museo es llegar a la mayor cantidad posible de gente”, ha dicho.
De todos modos, el lanzamiento del nuevo producto en Hong Kong denota el cuidadoso estudio de mercado previo realizado. Van Gogh es uno de los artistas occidentales más estimado en Asia, y el puerto chino es la lanzadera ideal para alcanzar lugares como Pekín, Singapur o Tokio.
El pintor holandés llegó a coleccionar hasta 500 láminas de artistas japoneses hoy consideradas un tesoro por su guardián, el museo de Ámsterdam. No en vano, el pintor llegó a escribir en 1888 a su hermano, Theo, en los siguientes términos: “En cierto modo, todas mis obras están basadas en algo del arte japonés”. Van Gogh no parecía creer en ese momento en el futuro del arte moderno, y las estampas decorativas niponas, centradas en el ciclo de las estaciones del año y la naturaleza, le marcaron. Dado a las emociones extremas, aseguraba incluso: “Me siento en Japón con estas imágenes junto a mí todo el tiempo”. Si bien otras colegas impresionistas expresaron también su admiración por las imágenes japonesas, ninguno conserva hoy su tirón entre los turistas de Japón.
El museo holandés no habla de cifras, pero sí admite “el gran interés mostrado por el público” en la presentación de Hong Kong. Parte del dinero obtenido se destinará a financiar el nuevo ala y la nueva entrada del museo en Ámsterdam. Otra partida será para educación en las escuelas.
Hace un año escaso, el propio museo holandés lanzó una muestra con animaciones en 3D que presagiaban, o tal vez preparaban ya el terreno, para los Relievo. Titulada Van Gogh, mi exposición soñada, incluía siete vídeos tridimensionales en los que el motivo elegido por el artista parecía moverse. Así, las ramas de Almendro en flor se mecían al viento, y el vuelo de los negros cuervos de Trigal bajo la tormenta resultaba casi amenazador. “Es el trabajo que vio el pintor mismo”, señalaba el catálogo entonces. Unos pocos podrán incluso tocarlo a partir de ahora.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/08/25/actualidad/1377455754_796532.html