Hay un abrazo
que nos pone alas
cuando la espalda
del mundo descubrimos
allí la palabra
suena a campanadas
que despiertan
y con alegría
y echamos a andar
nuestro destino
Nada está perdido
ni aún lo perdido
cuando amanece
y el sol
llena de brillo
nuestros ojos
y tenemos
a nuestro lado
ese hermano
que encontramos
un día en el camino.