Espadañas.
Oscuros y turbios
eran los odios,
sola la no defenestrada
impiedad, el curso leve
de los años
que nos dieron su esplendor.
Otra era la edad y otro era el tiempo,
el sucio polvo que envenenó mis días,
la lujuria que cierne
pasión a nuestra carne,
astucias al olvido
y pone leñas secas
al pozo sin fin de la memoria.
1986, Verano
Violín de Octubre