Alejandra Pizarnik

La verdad del bosque

 Como un golfo de soles este espacio hermético y transparente: una esfera de cristal con el sol adentro; con un cuerpo dorado (un ausente, querido tú) con una cabeza donde brillan los ojos más azules delante de sol en la esfera transparente.
La acción transcurre en el desierto y qué sola atravesé mi infancia como caperucita el bosque antes del encuentro feroz. Qué sola llevando una cesta, qué inocente, qué decorosa y bien dispuesta, pero nos devoraron a todos porque ¿para qué sirven las palabras si no pueden constatar que nos devoraron? —dijo la abuela.
Pero de la mía no se vistió el lobo. El bosque no es verde sino en el cerebro. La abuela dio a luz a mi madre quien a su vez me dio a tierra, y todo gracias a mi imaginación. Pero allí, en mi pequeño teatro, el lobo las devoró. En cuanto al lobo, lo recorté y lo pegué en mi cuaderno escolar. En suma, en esta vida me deben el festín.

—¿Y a esto llamas vida? —dijo la abuela.

(Tomado de «La verdad del bosque», en Prosa completa,
edición a cargo de Ana Becciú, prólogo de Ana Nuño, Barcelona, Editorial Lumen, 2002, p. 34)

Alejandra Pizarnik (1936-1972) nació en Buenos Aires. Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista «Cuadernos» y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Luego de su retorno a Buenos Aires, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes, «Los trabajos y las noches», «Extracción de la piedra de locura» y «El infierno musical», así como su trabajo en prosa «La condesa sangrienta». En 1969 recibió una beca Guggenheim, y en 1971 una Fullbright.

En la sección “Poetas” encontrará una selección de poemas de su autoría.

Entradas relacionadas