Sentir que me llamas
cuando yo te llamo,
o pensar en ti cuando el crepúsculo
se lleva tu sombra.
Sin tocarte te he amado,
sin conocer tu día
nos despertamos juntos
en habitaciones distantes.
Sincronicidad se llama mi alma
encontrarte para abrir los ojos,
así, se conoce mi camino.
Me alejé para tenerte
y cuando me acerqué
ya me tenías en tus brazos.
Pensé que te habías marchado
y cuando me dormí
subías a mi cama a soñar conmigo.
Soñé contigo
cuando no dormías,
soñamos juntos cuando
la distancia se volvió pesadilla.
Así se conocen los sueños,
solo cuando nuestros cuerpos
sean pura imagen de la mente.
Así empiezan a hablar los ojos,
así me llamas sin llamarme
así te encuentro sin buscarte.