Cuando nací me pusieron dos lágrimas en los ojos para que pudiera ver el tamaño del dolor de mi gente. Humberto Ak-Abal Entradas relacionadasIlunes 20 mayo, 2013Me gustaviernes 22 mayo, 2009Sin ciencia naturallunes 16 julio, 2012 Entrada anteriorEl fuegoSiguiente entradaEl Bar