Cuando nací me pusieron dos lágrimas en los ojos para que pudiera ver el tamaño del dolor de mi gente. Humberto Ak-Abal Entradas relacionadasNo es el amor, lo sé, pero es de noche…miércoles 16 julio, 2014sin titulojueves 14 mayo, 2009Entorno eternojueves 25 junio, 2009 Entrada anteriorEl fuegoSiguiente entradaEl Bar